Soy Miguel Del Olmo y solo mirando a la gente sé dónde les duele.
No tengo rayos X en los ojos.
Tampoco soy un mago ni un adivino.

Y quizá te parezca algo extraño que con solo mirar y sin tocar, pueda saber las zonas de dolor de alguien.
Eso lo he logrado, después de más de 10 años de observación del cuerpo humano y con la experiencia de tratar con muchas personas.
Porque la tensión que no encuentra una salida se queda en el organismo y si se acumula de forma continuada, puede generar problemas de salud.
Ya sabes aquello que dicen, la energía no desaparece, se transforma.
Los seres humanos hemos modificado el entorno, en lugar de adaptarnos a él. Poco a poco nos hemos ido desnaturalizando.
Nuestros antepasados “solo” tenían que alimentarse y sobrevivir.
Ahora, con todas las comodidades modernas, tenemos un exceso de energía que no gastamos y que nuestro organismo no sabe gestionar.
Y no se convierte en vitalidad, sino en apatía.
Sentimos más cansancio, más estrés, menos motivación…
La forma en que vivimos nos aleja cada vez más de lo que necesitamos, nos desconecta de nuestra esencia, de nuestra conexión con el entorno natural.
Cómo nos sentimos ante los sucesos del día a día y cómo nos relacionamos con los demás, también nos afecta.
Porque cuerpo y mente son uno.
Es por eso que yo te ayudo a fortalecer tu salud de manera natural.
A conectar con los recursos del organismo a través del movimiento espontáneo, para vivir con más vitalidad y conexión.
Y en este punto podrías pensar que esto se parece a otras disciplinas, pero no.
Yo tenía problemas de salud, que la medicina tradicional no estaba solucionando.
Acudía como primera opción a cualquier medicamento que pudiera aliviar mis molestias lo más rápido posible.
Solo eran parches.
Como no estaba dispuesto a ser un enfermo crónico el resto de mi vida, empecé un periplo por las terapias alternativas.
Al principio fui bastante escéptico, pero en ellas encontré lo que necesitaba como paciente para mejorar mi salud.
A la vez comencé a aprender.
Se despertó en mí una nueva vocación y unas ganas de ayudar a los demás, aunque siempre habían estado ahí.
Pero me sentí tan abrumado por todas las opciones y enfoques, que nunca sabía lo suficiente (quiromasaje, osteopatía, psicoterapia, vendaje neuromuscular…) y seguía buscando ese algo más que me faltaba.
Hasta que el Seitai llegó a mi vida y pude ver toda su dimensión.
Entendí que Seitai había sabido simplificar al máximo lo que necesita la vida para expresar su potencial.
Que ponía al alcance de quien quisiera, la responsabilidad de cuidar de su propia salud, de conocer quiénes son y qué necesitan para brillar.
Que no hay una forma «correcta» de hacer las cosas, que se trata de conectar con las necesidades de nuestro organismo y darle el espacio.
Y ya no necesité buscar nada más.
Las prácticas del Seitai consiguen que el cuerpo encuentre la forma de coordinarse, de resolver la tensión acumulada y conectar con la vitalidad.
Pero este no es un camino para los que quieren todo sin esfuerzo. Lo valioso en la vida necesita dedicación y compromiso.
Si no estás dispuesto a invertir un tiempo en cuidarte, no conseguirás nada.
Es la única forma de tener lo necesario para superar los desafíos que enfrentamos en la vida, ya que siempre habrá obstáculos.
Solo hay una y no estamos aquí para desperdiciarla.
Tan sencillo y tan complejo, como conocerse más y disfrutar así con plenitud.
Debes saber qué teclas tocar, para liberar la tensión del día a día.
Entender mejor a las personas que te rodean para que todo fluya con más facilidad.
Eso me da el Seitai, una herramienta que me permite unir la salud y el desarrollo personal.
Sigo en el camino, ya que es un aprendizaje que no tiene fin.
Porque a pesar de que la vida, con cierta melodía, se empeña en enseñarnos esas lecciones, mucha gente toca de oído y nunca afina su instrumento.
Como el que tiene un Violín Stradivarius y lo deja en una esquina cogiendo polvo.
Quizá te estás preguntando si yo te puedo ayudar a conectar con la vitalidad de esta forma. Y la respuesta es SÍ, pero creo que lo mejor es que me conozcas un poco más y lo valores tú.
Tan sencillo como apuntarse a mi lista de correo y leerme. Con un clic estás dentro y con otro fuera.
Por si aún te quedan dudas, y necesitas saber si en realidad aquí hay algo para ti, quizá esto te ayude:
- Soy un guía, alguien que empezó este camino hace ya algún tiempo. Te acompaño para que aprendas de ti y de tu organismo, siempre desde el respeto y sin dar lecciones.
- Lo que muestro es una cultura, una filosofía. Tiene una serie de prácticas sencillas que te pueden ayudar a lo largo de todas las etapas de tu vida.
- Debes saber que comparto esto porque es la mejor manera de aprender. Si lo hacemos juntos, ganamos los dos.
- Mi objetivo es conseguir que más personas mejoren su salud de manera natural. Si tú encuentras otra forma, bienvenida sea, no podré más que alegrarme y sumar uno más a la lista de Gente Vital. No importa el camino, sino llegar al destino.
Yo conecté con el Seitai y sus sencillas prácticas que le dieron un nuevo sentido a la palabra «cuidarse».
Si tú quieres, puedo ir compartiendo contigo lo que voy descubriendo a cada paso.